La juventud venezolana ha tenido decisiva participación en muchas de las batallas por la libertad del país, cada 12 de febrero se le rinde homenaje a las generaciones que han defendido la vida y la dignidad humana.
Por Douglas Zabala
Los ecos de la resistencia juvenil en la batalla de La Victoria, liderada por José Félix Ribas junto a los seminaristas aquel 12 de febrero de 1814, y la rebelión estudiantil de 1928 aún resuenan en la memoria colectiva de Venezuela. En ambos episodios, grupos de jóvenes valientes se levantaron primero contra la opresión del régimen imperial español y, más de un siglo después, contra la dictadura de Juan Vicente Gómez.
El calendario marcaba el lunes 6 de febrero de 1928. Los estudiantes ya estaban concentrados en la plazoleta de la Universidad Central de Venezuela cuando Pío Tamayo tomó la palabra. En el acto de coronación de Beatriz I, leyó un poema que las autoridades gomecistas consideraron subversivo. También intervinieron los estudiantes de Derecho Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Joaquín Gabaldón Márquez, cuyos discursos fueron calificados como inconvenientes por los cuerpos de seguridad. Además, Guillermo Prince Lara rompió una lápida en honor a Juan Vicente Gómez. Ante estos hechos, el Gobierno decidió suspender los actos conmemorativos, que se habían convertido en una verdadera rebelión estudiantil.

Hoy, mientras las sombras de una dictadura persisten bajo el mando ilegítimo de Nicolás Maduro, los jóvenes de nuestro país enfrentan un nuevo desafío: no desmayar en la lucha para que la victoria de Edmundo González Urrutia, bajo el liderazgo de María Corina Machado, se haga realidad. La historia de los jóvenes de La Victoria y de la Generación del 28 sigue siendo una fuente de inspiración para nuestra juventud.

A pesar de que los días 28 y 29 de julio de 2024 varios de ellos ofrendaron sus vidas y miles han sido encarcelados por el régimen, tan solo por exigir respeto a la soberanía popular, hoy continúan en pie de lucha. En este Día de la Juventud, su resistencia nos recuerda que cada esfuerzo cuenta y que su voz, junto a la de millones de venezolanos dispuestos a no pasar la página del 28 de julio, puede marcar la diferencia en este arduo camino hacia la libertad.
