La creciente presencia de estudiantes venezolanos en Colombia desafía la capacidad de su sistema educativo, mientras que para Venezuela representa la pérdida de una generación productiva.
Desde 2015, Colombia ha experimentado una significativa afluencia de migrantes venezolanos, lo que ha transformado diversos sectores del país, especialmente el educativo.
Más de 600.000 niños y jóvenes venezolanos están formándose en el sistema educativo colombiano, un fenómeno que sigue en crecimiento y plantea retos significativos tanto para Colombia como para Venezuela. Mientras Colombia enfrenta el desafío de garantizar su integración y calidad educativa, Venezuela ve cómo una generación entera se desarrolla con una identidad, valores y conocimientos ajenos a su tierra natal, reduciendo las posibilidades de su retorno. Esta realidad configura un escenario de transformación social y cultural con implicaciones a largo plazo para ambas naciones
Según datos del Ministerio de Educación Nacional de Colombia, para el año escolar 2023, más de 600.000 estudiantes venezolanos estaban matriculados en instituciones educativas colombianas, representando un incremento del 6,6% en comparación con 2022. Este crecimiento continuó en 2024, con un aumento adicional del 3,5% hasta julio de ese año.
Distribución Geográfica y Tipos de Institución
La mayoría de estos estudiantes se concentran en la región centro-oriente del país, que incluye Bogotá y los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Santander y Norte de Santander, albergando al 34% de la población estudiantil venezolana.
Le sigue la región Caribe con un 32% y el Eje Cafetero junto con Antioquia con un 16%.

En cuanto al tipo de institución, el 87% de los estudiantes migrantes están matriculados en el sector oficial, el 6% en el sector privado y el 7% en modalidad contratada.
Además, el 79% de estos estudiantes se ubican en áreas urbanas, mientras que el 21% reside en zonas rurales.
En términos de niveles educativos, el 57% de los estudiantes venezolanos están en primaria, el 25% en secundaria, el 10% en transición y el 7% en educación media.

Un aspecto positivo es la reducción de estudiantes en situación irregular; para julio de 2024, el 62% de los estudiantes venezolanos contaban con un documento de identidad válido, lo que facilita su inclusión en el Sistema Integrado de Matrículas (SIMAT).
Desafíos y barreras
A pesar de estos avances, persisten desafíos significativos. Estudios de la Universidad Javeriana, la Universidad del Rosario y la Universidad de Toronto han identificado barreras estructurales y relacionales en la inclusión educativa de los niños migrantes. Estas incluyen desconocimiento de las normativas, xenofobia y recursos insuficientes para atender a esta población. Además, programas educativos financiados por cooperación internacional enfrentan incertidumbre en su continuidad.
Impactos y oportunidades para Colombia: nueva ciudadanía
La integración de un número tan significativo de estudiantes migrantes ha generado diversos impactos en el sistema educativo colombiano:
- Infraestructura y recursos: La llegada masiva de estudiantes venezolanos ha puesto presión sobre la infraestructura escolar existente, especialmente en regiones con alta concentración de migrantes. Es necesario ampliar y adecuar las instalaciones educativas para garantizar condiciones óptimas de aprendizaje.
- Capacitación docente: Los docentes enfrentan el reto de atender a una población estudiantil diversa, con diferencias culturales y posibles rezagos académicos. Es fundamental ofrecer programas de formación que les permitan abordar estas particularidades de manera efectiva.
- Inclusión y convivencia: Promover la integración y prevenir la discriminación es esencial para garantizar un ambiente escolar armonioso. Se deben implementar estrategias que fomenten la convivencia y el respeto entre estudiantes de diferentes orígenes.
A pesar de los desafíos, la inclusión de estudiantes venezolanos también ofrece oportunidades significativas:
•Diversidad cultural: La presencia de estudiantes de diferentes contextos enriquece el ambiente educativo, promoviendo el intercambio cultural y la formación de ciudadanos más tolerantes y abiertos.
•Fortalecimiento de políticas educativas: La situación actual impulsa al país a revisar y mejorar sus políticas educativas, enfocándose en la inclusión y equidad, lo que beneficiará a todos los estudiantes.

La creciente presencia de estudiantes venezolanos en Colombia representa un desafío considerable para el sistema educativo nacional. Sin embargo, con una planificación adecuada y la implementación de políticas inclusivas, esta situación puede convertirse en una oportunidad para fortalecer y enriquecer la educación en el país, promoviendo una sociedad más diversa y cohesionada.
Impacto para Venezuela: una generación en el exilio
La migración masiva de niños y jóvenes venezolanos a Colombia no solo transforma el panorama educativo del país de acogida, sino que también genera un profundo impacto en Venezuela. Al formarse dentro del sistema educativo colombiano, esta nueva generación crece bajo valores, costumbres y conocimientos propios de su entorno actual, lo que diluye progresivamente su vínculo con la cultura y la identidad venezolana. Esto representa una fuga de capital humano con efectos a largo plazo: muchos de estos estudiantes difícilmente regresarán a Venezuela, y si lo hacen, lo harán con una visión del mundo, hábitos y aspiraciones distintas a las que habrían desarrollado en su país de origen.
Esta situación plantea un desafío para la reconstrucción de Venezuela en el futuro, pues el país pierde una parte significativa de su juventud, quienes podrían haber sido actores clave en su recuperación económica y social.
