Beatriz Maldonado, una mujer de más de medio siglo de vida, emprendió un viaje desde Venezuela hasta Colombia, motivada por el deseo de respaldar a su hijo durante una dolorosa separación. Con una trayectoria marcada por más de dos décadas en la administración pública, seguida por un período asesorando la elaboración meticulosa de tesis y trabajos de grado, Beatriz irradiaba una confianza y autonomía innegables.
Sin embargo, los ingresos de su jubilación y su labor como asesora no bastaban para subsistir en su país natal, impulsándola a buscar una vida más próspera en Medellín. A pesar de su determinación, la realidad de las escasas oportunidades para personas de su edad la enfrentó con nuevos desafíos. Con su pasión por la cocina como aliada, encontró un empleo como ayudante en una cocina, a pesar del desgaste físico que implicaba.
La pandemia trajo consigo una oportunidad inesperada: lanzarse como emprendedora. Con habilidad y creatividad, comenzó a ofrecer papas rellenas y empanadas venezolanas en las calles de Medellín, ofreciendo también la posibilidad de encargar estas delicias para desayunos, almuerzos o eventos especiales.
Orgullosa de su metamorfosis, Beatriz contempla con satisfacción cómo, día tras día, fusiona la riqueza gastronómica de dos naciones con sus propias manos, tejiendo así un puente entre culturas a través del sabor.
Por Carmen Hernández
Talento ACVA
