Luego de la primera conversación telefónica oficialmente reconocida entre Gustavo Petro, como nuevo presidente de Colombia, y Nicolás Maduro, el propio Petro reveló a la prensa que habían intercambiado impresiones sobre tres temas medulares: la reanudación del comercio binacional, la recuperación de la frontera y Monómeros.
Petro adelantó que planea devolver la administración de Monómeros a la administración de Maduro para rebajar los precios de los fertilizantes en su país.
Monómeros es una empresa de capital venezolano que funciona con personal colombiano y requiere urea como elemento fundamental en la elaboración de fertilizantes, para lograr una cobertura de hasta 46% del mercado requerido por Colombia.
Los suministros de urea necesarios eran aportados por Pequiven, petroquímica filial de PDVSA, pero con el rompimiento de relaciones Duque/Maduro la administración fue asumida por el gobierno interino de Juan Guaidó, por lo que PDVSA dejó de suministrar los insumos para la manufactura.
Sin contar con la fortaleza técnica ni los recursos necesarios para mantener operativa la empresa y a pesar de contar con el aval de licencia de EEUU, Monómeros «fue un desastre, se desapareció», a decir de la comisión de empalme presidencial de Colombia.
De tal manera que una de las manzanas de la discordia entre el régimen y la oposición venezolana, pasará nuevamente a manos de Maduro, en un intento del nuevo gobierno colombiano por retomar el clima de relaciones anterior a 2018.
