Cuantas veces te habrás referido a alguien llamándolo «fulano de tal», pero… ¿sabes de donde proviene esta referencia y algunas otras para nombrar a personas sin rostro?
En realidad, Fulano, Mengano, Zutano y Perengano son meramente figuras literarias, sin ningún sustento histórico que respalde su existencia. Son nombres utilizados para referirse a individuos cuyo nombre es desconocido o se omite deliberadamente por diversas razones.
Fulano, derivado del árabe «fulān», significa «persona cualquiera» y es el más utilizado de los cuatro. Se emplea comúnmente para ilustrar situaciones como: «Ha venido un fulano preguntando por ti» o «Le pondrán una placa conmemorativa que dirá ‘aquí descansa Fulano de Tal’». Este término se extendió desde el árabe al español y se arraigó en toda Hispanoamérica.
Mengano, también de origen árabe, específicamente «man kān», que significa ‘quien sea’, se utiliza generalmente en segundo lugar, acompañando a Fulano y/o Zutano.
Zutano proviene de «citano» y, posiblemente, del latín «scitānus», que significa «sabido». Aunque no se conoce la razón exacta de su adición, en algunas ocasiones también se coloca en segunda posición, tras Fulano.

Por otro lado, Perengano es una palabra más reciente y menos utilizada. No se encuentran raíces en otras palabras antiguas o idiomas, lo que sugiere que podría ser una combinación del apellido Pérez con la palabra Mengano. Segun el país, puede sufrir una variación con similar desconocimiento de su procedencia: «Perencejo».
Estos términos pueden ser usados en diminutivo (Fulanito, Menganita…) y con apellido (De Tal, De Cual…) para conferirles un tono más formal. Además, tienen su versión femenina (Fulana, Mengana, Zutana y Perengana), aunque Fulana se utiliza despectivamente para referirse a una mujer, a menudo en el contexto de la prostitución.
Perico, el del redoblante
«Perico el de los Palotes», un término popular en España y Sudamérica, tiene un origen incierto, pero se ha relacionado con el chico que precedía a los pregoneros, tocando el tambor con dos palotes (baquetas).
Los pregoneros, encargados de anunciar al pueblo las disposiciones oficiales al toque del tambor, tenían en «Perico» a un acompañante que, según Sebastián de Covarrubias en «El tesoro de la Lengua Castellana», era «un bobo que tañía con dos palotes». Esta expresión se usaba para expresar indignación por un trato injusto.

Nos parece conveniente a estas alturas, recomendarles una divertida pelicula española de 1971 llamada: «Si Fulano fuera Mengano» donde se evidencia la necesidad, a veces imprescindible, de pasar desapercibido.
En la trama, un famoso cantante millonario, mujeriego, déspota y cruel que lleva una vida frenética de fiestas y despilfarro, empieza a sufrir algunas amenazas de muerte y secuestro por parte de sus enemigos. Esto le lleva a contratar no solo a un guardaespaldas sino también a un humilde y honrado trabajador, que se le parece como una gota de agua, para que se haga pasar por él.
Eso sí, cuando se trata de la vida real, procura dejar huella de tu personalidad en todo lo que haces para que no pases por ser simplemente un «Fulano».
